A menudo al escuchar que debemos resignarnos ante determinada situación, caemos en un sinsabor extraño, mezcla de desesperanza, de falta de vitalidad, de incomodidad. Desconocer su significado real nos aleja, otra vez, de intentar la comprensión y entendimiento. Resignar es entregar pese a la voluntad o al deseo personal una cuestión, si hablamos de entregar hablamos de Amor, y al hablar de Amor hablamos de una energía suprema (el Creador, Dios padre, Alá). No es doblegarse ni dejar de luchar, es , para nosotros, entregarse a la Voluntad del Cielo, de esa fuerza suprema, un problema, situación, persona, etc. Sin que nuestro deseo interfiera. Es decir sin hacer uso de lo que nuestra personalidad marcaria hacer pues se nos fue de las manos y no esta a nuestro alcance la resolución del tema, por ello dejamos que sea la energía creadora quien determine y guie acorde a nuestro ser interno lo considere es mejor para nosotros.
No hallamos respuesta. Todo en derredor sigue, se mueve, transcurre con vertiginosa rapidez, todo sigue igual y todos siguen en sus propios ritmos pero de pronto en un instante en ese minuto, sentimos que todo se detuvo para nosotros . fue una situación inesperada o esperada que creó una energía dispar y chocó violentamente con la realidad personal, y ahí se detuvo el reloj interno y el reloj externo, el personal , en tanto todo sigue y todos siguen. Perdimos el ritmo y la sincronización no puede adecuarse a cada movimiento , pensamiento, porque de pronto cesaron los movimientos y los pensamientos y hasta las sensaciones. Una extraña paralización nos acompaña sin siquiera llegar a ubicar sufrimientos precisos.
Giramos en círculos , porque estamos perdidos. Somos viajeros sin brújula, sin compañía estable , andamos a tientas intentando rescatar el asombro ingenuo e inocente que despertaba en nuestro corazones el motivo de nuestra existencia.
Vagamos en búsqueda del tiempo primero, del instante y de cada instante donde los anhelos y la magia, formaban parte esencial de nuestras vida . viajeros perdidos buscando el país de los sueños, donde reposan las ilusiones y las fantasías, donde una estrella inspiraba en el pensamiento lo posible de los improbable, la esperanza ante la duda, lo creíble de lo increíble. Allí estamos , girando en cirulos , en vano, sabiendo que el trayecto a realizado no conduce a ningún puerto de aquellos conocidos ideales.
Somos viajeros perdido que nos vamos encontrando uno a uno, para saber que no estamos solos, para compartir el tiempo transcurrido, para que el silencio se haga grito de presencia viva, para renacer con sentido claro al nuevo día. Dejemos que nuestro corazón busque, pues en ese intento fugaz vive el niño feliz que intenta despertar nuestra inocencia, que en definitiva es el emblema y el signo que identifica nuestra ruta de viaje. Dejemos que él exista y emerja pues, sin él , difícilmente lleguemos a ser , algún día, y difícilmente lleguemos a ser sin haber estado y permanecido en ese mundo, aceptando que vivimos una gran ilusión, un espejismo temporal cuyo transito conduce al camino de regreso. Nuestra casa.
Publicado por
LUZ
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