El sendero de tu destino

El video que sigue es una prueba más que no somos realmente lo que vemos y no somos seres individuales, sino una pequeña parte de una red espiritual que nos interconecta. Somos una pequeña porción de esa fuerza creadora de la cuál provenimos. Sin embargo somos artífices de nuestro propio destino. Somos capaces de hacer las grandes transformaciones que benefician o perjudican nuestro cuerpo mediante el manejo de nuestras emociones y pensamientos que alteran e influyen en nuestras vidas.Somos capaces hasta de activar nuestros códigos de ADN sólo con modificar nuestros pensamientos. Somos uno con el planeta y vibramos a la par de este. Así como nuestros cuerpos físicos tienen los centros energéticos que llamamos chacras, el planeta también los tiene. Son entradas que permiten el ingreso y el egreso de luz y energía. Están ubicados en puntos estratégicos del planeta en lugares maravillosos. Grandes civilizaciones florecieron en estos puntos porque sin duda sabían bien el lugar en donde estaban. Las poblaciones más antiguas de la tierra lo sabían pero durante miles de años, las clases dominantes han tratado de borrar esta forma de pensamiento holístico, adiestrándonos para pensar que solo la lógica y la racionalidad son los únicos pensamientos válidos, solo lo que vemos es real, nada puede ser cuestionado.
Somos energía, vibramos todos en sintonía con lo que nos circunda, no somos lo que nos muestra el espejo. Solo debemos entender que somos parte de una energía superior de la cual provenimos y según las culturas se le asigna un nombre diferente. Tenemos la solución al alcance de nuestras manos. La capacidad de modificar lo que nos propongamos es infinita. Este fabuloso documental nos deja una enseñanza que es clave para el desarrollo de los tiempos que vivimos, solo la luz, por más pequeña que sea podrá brillar en un mundo de obscuridad, pero la obscuridad nunca podrá permanecer en un mundo de plena luz. El llamado al cambio está hecho. Solo de dos sentimientos se desprenden nuestras acciones, el amor y el miedo. Los dos nos transforman con consecuencias muy diferentes. Que la realidad es una ilusión, sin duda que esta realidad lo es. Lo que sigue nos hará reflexionar y volver a ponernos en sintonía con la energía creadora. Todavía tenemos tiempo.