En primer lugar, cuando realizamos un viaje astral de forma consciente, es decir, fuera del sueño, lo que se experimenta es la separación del cuerpo astral, dejando al cuerpo físico totalmente inerte, con apenas una ligera percepción de las constantes vitales, aunque su estado pueda confundirse con el del profundo sueño.
Durante el viaje astral, podrán darse diferentes condiciones que pueden ser interpretadas de acuerdo a la conciencia del individuo, es decir, podrá realizar un tipo determinado de concentración, el cual resultará necesario, aunque nunca sea imprescindible. También será posible mantener la conciencia de lo que ocurra alrededor del cuerpo físico, aunque de igual manera que lo anteriormente mencionado, no es imprescindible que así ocurra.
Cuando se produce la separación de los cuerpos astrales y físico, la sensación percibida podrá variar de unos a otros individuos, si bien existen determinados tipos de sensaciones que invariablemente se producen.
Así tendríamos que una de las más frecuentes, es la que se identifica con la sensación de mareo, producido por la sensación de cierto movimiento o vaivén, aunque también podría ser a causa de una sensación de auto-giro, similar al que se experimenta en las atracciones de feria.
En cambio existe una sensación inevitable en todos los casos, nos referimos a la sensación de elevación, siendo ésta de diferentes formas.
La sensación de elevación puede producirse a través de ponernos de pie, de cabeza, o en algún caso de forma total, es decir, ascendiendo como en un globo aerostático.
Una vez se ha producido la separación del cuerpo astral y sentimos la elevación, lo primero que observamos es nuestro propio cuerpo físico, ya sea postrado en la cama, o en cualquier otra posición que hayamos adoptado antes del viaje astral, así como el entorno donde se encuentre ubicado.
Esta visión resultará totalmente real, tal como se pueden observar en el plano físico, e incluso con mucha más vivacidad de colores, ofreciendo un aspecto de mayor realidad si cabe.
Después de una primera observación del entorno, el cuerpo astral procederá a experimentar nuevas sensaciones, como atravesar muros y puertas sin el menor esfuerzo, para a continuación, salir disparado hacia los confines del universo, o adentrarse en un espacio-tiempo distinto del que corresponde al plano físico, todo ello sin que medie el control mental.
Publicado por
LUZ
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